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Octavio Paz y Julio Cortázar
Afinidades y discrepancias




Juan Gustavo Cobo Borda

Ambos nacieron en 1914. Uno en México, el otro en Bruselas de padres argentinos y muy pronto iría a la que sería su patria para siempre : Buenos Aires . Octavio Paz, el mexicano, vivió de cerca la historia de su país. Su padre como su abuelo fueron figuras públicas. Uno como patriarca liberal. El otro como caudillo zapatista. Pero ambos eligieron la literatura como destino. Cortázar, con el seudónimo de Julio Denis, publica en 1938, su libro de poemas Presencia. Si bien Paz se inicia como poeta en 1933 con Luna silvestre es en 1937 y en España, más concretamente en Valencia, donde aparecerán Bajo tu clara sombra y otros poemas sobre España. O sea que podemos considerarlos, en dos (o tres) extremos del mundo miembros de una misma generación que ya poseía un rasgo singular: un cierto cosmopolitismo viajero que no por ello perdía sus raíces.

Sin embargo, en 1947, Cortázar escribe su Teoría del túnel (que sólo será conocida y publicada en 1994) donde en un razonado ensayo analiza las características de la novela y sugiere como el futuro de ella debe darse a partir de una síntesis de existencialismo y surrealismo. Surrealismo, concepción del universo y no sistema verbal, que busca la restitución, el reencuentro con la inocencia. Profundizará y será fiel a estos propósitos cuando en los años cincuenta viaja a París y luego se instala allí de manera definitiva.

En 1945, Octavio Paz ingresa en el servicio exterior mexicano. Uno de sus primeros destinos será París (más tarde Japón y la India) donde a través de figuras, como Bénjamin Péret o Paul Éluard, estará cerca del grupo surrealista y su figura central: André Bréton. Escribirá un poema, Noche en claro, incluido en Salamandra (1962) donde revive su diálogo nocturno por las calles de París con Bréton y Péret. Pero quizás el mejor fruto de su estadía en París sería preparar y ver publicado en México en 1949 su libro Libertad bajo palabra. Que Julio Cortázar reseñará en la revista SUR, de Buenos Aires, (No. 182, diciembre de 1949).

 "Sabe distinguir entre (las palabras) que se ordenan poéticamente y las que sólo por prestigio retórico o psicológico tienden a instalarse en el poema; a estas últimas las arroja por la borda, o las neutraliza sometiéndolas a curiosas significaciones marginales, que son uno de los encantamientos de su verso" (p. 207). Obra crítica¸2.

Elemental y entrañable para hacerse comunicable, tal la opinión de Cortázar en su primera lectura de Octavio Paz.

Surrealismo compartido

En 1949, Julio Cortázar publicó una nota titulada "Un cadáver viviente". Comenzaba así : "Claro, me refiero al surrealismo". Y luego de demostrar en forma palmaria que no estaba tan muerto como se deseaba, concluía:

"Conviene acordarse de que del primer juego surrealista con papelitos nació este verso: "El cadáver exquisito beberá el vino nuevo". Cuidado con este vivísimo muerto que viste hoy el más peligroso de los trajes, el de la falsa ausencia, y que presente como nunca, allí donde se lo sospecha, apoya sus manos enormes en el tiempo para no dejarlo irse sin él, que le da sentido. Cuidado, señores, al inclinaros sobre la fosa para decirle hipócritamente adiós, está detrás vuestro y su alegre, necesario empujón inesperado puede lanzaros dentro, a conocer de veras esta tierra que odíais a fuerza de ser finos, a fuerza de estar muertos en un mundo que ya no cuenta con vosotros": Obra crítica, (2) Madrid, Alfaguara, 1994, p. 179-180.

En 1954, Octavio Paz dictaba una conferencia en la Universidad Nacional de México que se titulaba El surrealismo y que compartía el mismo tono de Cortázar en su nota:

 "Pero el cadáver estaba vivo. Tan vivo que ha saltado de su foso y se ha presentado de nuevo ante nosotros, con su misma cara terrible e inocente, cara de tormenta súbita, cara de incendio, cara y figura de hada en medio del bosque encantado. Seguir a esa muchacha que sonríe y delira, internarse con ella en las profundidades de la espesura verde y oro, en donde cada árbol es una columna viviente que canta es volver a la infancia. Seguir ese llamado es partir a la reconquista de los poderes infantiles. Esos poderes "más grandes quizás que los de nuestra ciencia orgullosa" viven intactos en cada uno de nosotros". Son imaginación y deseo". (Octavio Paz, Las peras del olmo, Barcelona, Seix Barral, 1982, p. 136 a 151).

La actividad poética como operación mágica y el triángulo clave de libertad, amor y poesía, son otros de los principios cardinales que Paz señala. El humor y la imaginación hacen que el mundo ya no sea más un "horizonte de utensilios" sino un campo magnético. Donde el yo convertido en ilusión (hablar sería crear) nos acerca la convicción de que el amor es la forma más alta de la libertad: libre elección de la necesidad. Aventura interior donde nos descubrimos nosotros mismos.

III.

Los primeros cuentos de Julio Cortázar (Bruselas, 1914- París 1984) aparecen fechados en 1937 y tratan temas que ya identificaríamos con su obra : vampiros, brujas, señoritas de provincia, que se aburren y sueñan. También fantasías de muerte y crímenes que parecen suceder en otro plano, en una imprevista forma de resolverse, con abuelas y familias ceñidas a estrictos horarios de comidas, noticieros y pijamas y pantuflas a una hora inalterable. Pero siempre ocurrirá algo no programado en esos escenarios que cambian de forma y orientación. Citemos dos fragmentos, uno de 1943 que refleja muy bien el tono y la atmósfera ya tan cortazariana :

 "La juventud de Paula ha sido triste y silenciosa, como ocurre en los pueblos a toda muchacha que prefiere la lectura a los paseos por la plaza, desdeña pretendientes regulares y se somete al espacio de una casa como suficiente dimensión de vida- Por eso, al apartar ahora los claros ojos del tejido- un pull-over gris simplísimo-, se acentúa en su rostro la sombría conformidad que alcanza la paz a través de moderado razonamiento y no con el alegre desorden de una existencia total. Es una muchacha triste, buena, sola. Tiene veinticinco años, terrores nocturnos, algo de melancolía. Toca Schumann en el piano y a veces Mendelssohn; no canta nunca pero su madre, muerta ya, recordaba antaño haberla oído silbar quedamente cuando tenía quince años, por la tarde" (Bruja, p. 66, Julio Cortázar Cuentos completos, Vol. I, Buenos Aires, Alfaguara, sexta reimpresión, 1999).

Ahora pasemos al propio Julio Cortázar, que también en 1943, en "Distante espejo" nos habla de la ciudad de Chivilcoy, en la provincia de Buenos Aires, donde se desempeña como profesor de la Escuela Normal y en horas libres lee la Biblia de Lutero, escucha jazz y mantiene un registro de sus pasiones intelectuales:

 "En 1939 fueron las obras completas de Sigmund Freud ; en 1940 novelas inglesas y norteamericanas, poesía de Eluard y Saint John Perse ; 1941, Lewis Carroll (exhaustivamente), Kafka y unos libros indios de Fantone ; en 1942, la historia de Grecia de Bury, las obras completas de Thomas de Quincey y una tremenda bibliografía acerca de Sandro Botticcelli" (p. 82).

La provincia y la lectura, el magisterio y la aventura Tanto su personaje, Paula, como su autor, Cortázar, profesor, traductor, melómano, se nutren en aquellos años quietos. Ya que por debajo comienzan a insinuarse las relaciones inquietantes, las posesiones diabólicas, las máscaras que son rostros, los encuentros a deshora. Que muestran en climas anodinos y sofocantes las pulsiones sin nombre de esas estancadas cárceles que son los pueblos camuflados bajo las ceremonias rituales, detrás de las apariencias solo por fuera comunes. Ya arden las llamas de lo insólito y marginal, como sucederá cuando se instale en Buenos Aires y publique, en 1951, su primer libro de cuentos, Bestiario, a los que seguirán entre otros, Las armas secretas (1959) y Todos los fuegos el fuego (1966).

Se ha casado con Aurora Bernardez, ella traduce a Faulkner y Sartre, él las Memorias de Adriano de Marguerite Yourcenar, y ambos trabajan en la UNESCO como traductores profesionales en insólitas conferencias por el mundo, que se enlazan con otras de la FAO o de la Comisión de Energía Atomíca, con sede en Viena, que les permiten vivir y viajar por medio mundo. Entre otros lugares, a Nueva Delhi, donde Octavio Paz, embajador de México en la India, lo alojará en la residencia oficial.

Allí se incrementará, en textos y poemas, un diálogo que se había reiterado en la inclusión de un poema de Octavio Paz en Rayuela (1963) y de un elogioso ensayo de Cortázar sobre Libertad bajo palabra (1949). En la página 618 de Rayuela :


Mis pasos en esta calle
Resuenan
                 En otra calle
Donde oigo mis pasos
Pasar en esta calle
Donde
Solo es real la niebla
Octavio Paz

Y, como diálogo respuesta, en 1966, Octavio Paz, en el prólogo a la antología Poesía en movimiento, dijo sobre Rayuela : Rayuela es una invitación a jugar el juego arriesgado de escribir una novela. Escribir, jugar y vivir se vuelven realidades intercambiables. Rayuela es un juego infantil y un camino espiritual que termina en una apuesta. Al término de la escalera nos espera un enigma cuyo significado depende de cómo hayamos jugado el juego : suerte, destino, habilidad, gracia, compasión, iluminación, Tao. Cada uno dirá la palara que merezca. El lector no sólo participa sino que interviene; es el autor de la respuesta final. (p. 12).

Por ello mantendrá los versos de Octavio Paz como una clave que abre otras puertas, que convoca nuevos sentidos y aperturas a otros mundos. En la pg. 484 citará Cortázar a Octavio Paz: "muslos de sol, recintos del verano"

Pero también se da, vía Susuki, el budismo zen : desprendernos de nosotros, vernos alejarnos. Media la incurable nadería del yo "como si yo fuera alguien que me está mirando" (p. 461). Y a partir de Morelli, teórico que dentro de la novela reflexiona sobre ella, una muy amplia, erudita y exhaustiva meditación sobre el hecho de escribir. Donde el lector será copartícipe y copadeciente de la experiencia por la que pasa el novelista, en el mismo momento y en la misma forma (p. 453) Porque el lenguaje, ya petrificado en fórmulas, ya fosilizado en lugares comunes, necesita ser revivido, "del ser al verbo, no del verbo al ser". Lo que cuenta no es escribir. Es desescribir.

Por ello es necesario considerar el tema del lenguaje como el tema capital. La ruptura y demolición de lo que estaba congelado y que era necesario dinamitar. En los textos de Aguila o sol (1949-1950) Octavio Paz incluye una sección titulada "Trabajos del poeta". Comparto el número XII, que muestra muy bien sus propósitos. Concentrados ataques a las mismas limitaciones que nos hemos impuesto. Obstáculos que por negligencia, desidia o dejadez complaciente nos impiden superar esa pasividad de quien apenas si subsiste entre lugares comunes y fórmulas desgonzadas. Quizás al otro lado del muro encontremos la vida plena y no soportada o recortada.

"Luego de haber cortado todos los brazos que se tendían hacia mí; luego de haber tapiado todas las ventanas y puertas; luego de haber inundado con agua envenenada los fosos ; luego de haber edificado mi casa en la roca de un No inaccesible a los halagos y al miedo; luego de haberme cortado la lengua y luego de haberla devorado; luego de haber arrojado puñados de silencio y monosílabos de desprecio a mis amores; luego de haber olvidado mi nombre y el nombre de mi lugar natal y el nombre de mi estirpe; luego de haberme juzgado y haberme sentenciado a perpetua espera y a soledad perpetua, oí contra las piedras de mi calabozo de silogismos la embestida húmeda, tierna, insistente, de la primavera".

Por su parte, en 1962, Julio Cortázar, en sus Historias de cronopios y de famas emplea otra arma peligrosa: el humor. Y lo hace contra el mayor enemigo posible : aquel que está dentro de nosotros y poco a poco nos encoge, arruga y hace desaparecer : el tiempo mismo. Que creemos usar y dominar y es él quien nos esclaviza como en este "Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj"

"Piensa en esto : cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben -, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj ; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia a comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj".

Octavio Paz y Julio Cortázar recuerdan al Che Guevara.

En 1967, desde Nueva Delhi, Octavio Paz le responde al poeta español León Felipe agradeciéndole una carta poema y lamentando un desencuentro en México. Mientras le escribe llega la noticia: la muerte del Che Guevara.


La muerte del Comandante Guevar
también es ruptura
                            no un fin
Su memoria
                  no es una cicatriz
es una continuidad que se desgarra
para continuarse
                            La poesía
es la hendidura
                            y el espacio
entre una palabra y otra
configuración del inacabamiento.

En la edición de su Obra poética (1935-1988) que Octavio Paz publica a fines de 1990 hay una nota aclaratoria que plantea una matización sobre esta figura y acorde con el poema un desgarramiento que es continuidad, en un propósito de unidad de estas naciones. El sueño trunco de Bolívar.

Cortázar, en Todos los fuegos el fuego, de 1966, había incluido un cuento que rendía un homenaje al Che. El Che, que desembarca, con asma y entre pantanos en Cuba, para internarse en la selva y luego ascender a la montaña en la Sierra Maestra. Alguien que ya prevé el desastre que se avecina. "De los ochenta nos han matado por lo menos a cincuenta o sesenta": Pero que también cambia el tono al recordar un cuarteto de Mozart, llamado La caza, trasponer "una ceremonia salvaje a un claro goce pensativo", "una torpe guerra a un orden que le de sentido". A la muerte del Che escribirá Cortázar este texto sencillo y fraternal :

AL CHE
Yo tuve un hermano.
?No nos vimos nunca
?pero no importaba.

Yo tuve un hermano
que iba por los montes
mientras yo dormía.
Lo quise a mi modo,
le tomé su voz
libre como el agua,
caminé de a ratos
cerca de su sombra.

No nos vimos nunca
pero no importaba,
mi hermano despierto
mientras yo dormía,
mi hermano mostrándome
detrás de la noche
su estrella elegida.

(Madrid, La Estafeta Literaria, No. 383, 18 de noviembre de 1967)

Grandes traductores ambos, a Paz y a Cortázar los une también su pasión por la pintura. Escribieron sobre pintores amigos y llegaron a coincidir en notas complementarias sobre el pintor catalán Antoni Tàpies. Son tantos sus puntos en común y también, quizás, sus discrepancias políticas que hoy, al celebrar su doble centenario de nacimiento, lo mejor es señalar estas primeras afinidades y volver a leerlos y releerlos porque ellos dos juntos cambiaron la literatura latinoamericana en un momento cenital de su historia.


Octavio Paz escribió "Diez líneas para Antoni Tàpies":

"Sobre las superficies ciudadanas,
las deshojadas hojas de los días,
sobre los muros desollados, trazas
signos carbones, números en llamas.
Escritura indeleble del incendio,
sus testamentos y sus profecías
vueltos ya taciturnos resplandores.
Encarnaciones, desencarnaciones:
tu pintura es el lienzo de Verónica
de ese Cristo sin rostro que es el tiempo".

(El poema de Paz sobre Tàpies está en el volumen 6 de sus Obras completas, titulado "Los privilegios de la vista" que el Círculo de Lectores de Barcelona publicó en octubre de 1992, p. 350).

Por su parte, Cortázar y con el título de Graffiti escribiría un catálogo sobre la pintura de Tàpies para la galería Maeght de Barcelona en 1978.

"El pintor Tàpies me pidió un texto para su catálogo de pinturas, y como no soy crítico de arte (ni de nada) me pasé bastante tiempo mirando obras de Tàpies y hojeando álbumes con reproducciones de sus dibujos. De golpe sentí que sus pinturas eran casi siempre graffitis, y que la emoción que me traían era la misma que muchas veces nace cuando se mira distraídamente un panel de publicidad del cual han sido arrancados varios carteles y los restos se mezclan formando maravillosas combinaciones del puro azar".

Concluyamos con este jardín para Octavio Paz que Julio Cortázar incluyó en su libro Último round (México, Siglo XXI, 1969).


"Ésta vibración verde es una planta envuelta en aire
este verde es el aire que perfuma
este perfume es el lenguaje de la planta


     Yo no soy nada
     si no soy la planta
                               el aire
                                        la fragancia
     y nada es nada
     si no se ve que nada es nada
     aquí
     ahora

Un niño juega sobre el césped
elige un árbol
                    otro
                          otro
va de un árbol al centro del jardín
corre a otro árbol
                          a otro
vuelve al centro

Un pájaro canta
y desde fuera
árboles niño y pájaro
no son eso

Desde fuera es
                      desde dentro
para el que mira como quien
ama
                       como quien
lucha
                       como quien
pasa a través de ningún
                              obstáculo
La prueba mas dura
ese salto que consiste en
quedarse inmóvil al borde de
la plenitud sin bordes
que
(la plenitud)
no existe como imagen ni soporte

Y entonces
                         el niño llega al árbol
y se comprende que no había pájaro cantando
que el canto era ese nombre
que recibe ese acto
para el que esta mirando como quien
ama
                          como quien
vive
                          como quien
sabe que los árboles
la verde vibración
                          que es la planta
                          envuelta en aire
lo salvan de ser eso
que todo el resto insiste en darle
a partir de zapatos
                          mujeres
                                  espectáculos
                                                    días 


El que mira es ahora lo mirado
pero el niño
                          elige nuevamente un árbol
corre y regresa
y otra vez corre y vuelve

Lo mirado se queda más allá
y el que miraba vuelve a ser
ése que mira
Hasta que una vez acaso
Hasta que no haya vuelto" 


Juan Gustavo Cobo Borda


Bibliografía sobre Octavio Paz
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Gianferrer, Pere . Lecturas de Octavio Paz Barcelona, Anagrama, 1980.
Octavio Paz. Volumen colectivo editado por Pere Gimferrer. Madrid, Taurus, 1982. Incluye el texto de Julio Cortázar : "Homenaje a una estrella de mar".

Bibliografía sobre Julio Cortázar
Bernárdez, Aurora ; Alvares Garriga, Carlos (editores) Cortázar de la A a la Z. Álbum biográfico. Bogotá, Alfaguara, 2014??
García Canclini, Néstor. Cortázar una antropologia poética. Buenos Aires, Nova, 1968 Goloboff, Mario. Julio Cortázar. La biografía. Bogotá, Seix Barral, 1998.
Lastra, Pedro (editor). Julio Cortázar. Madrid, Taurus, 1981.
Lezama Lima, José; Vargas Llosa, Mario y otros. Cinco miradas sobre Cortázar Buenos Aires, Tiempo Contemporáneo, 1968.
Peri Rossi, Crístina. Julio Cortázar, Barcelona, Omega, 2001
de Sola, Graciela .Julio Cortázar y el hombre nuevo Buenos Aires, Suramericana, 1968
Yurkievich, Saúl .Julio Cortázar al calor de tu sombra Buenos Aires, Legasa, 1987


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