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Susan Sontang y George Steiner

Juan Gustavo Cobo Borda



La lectura del primer libro de ensayos de Susan Sontag : Contra la interpretacion (1967) fue apasionante. Pedia, en lugar de una hermeneutica, ' una erotica del arte', donde las obras, y, por analogia, nuestra experiencia personal, fueran para nosotros mas reales, no menos. " La funcion de la critica debiera ser mostrar como es lo que es, incluso que es lo que es, en lugar de mostrarnos su significado" (p. 24).

Pero esa reivindicacion de la apariencia, del placer hedonico de la simple superficie, invocando a Oscar Wilde, para establecer asi el marco de su sensibilidad, contrastaba, de modo notable, con la galeria de sus idolos : Nietzsche, Kafka, Baudelaire, Rimbaud, Jean Genet o Simone Weil. Alli donde la teatralizacion de la experiencia, se volvio paradojica : obras de la complejidad y la contradiccion. Lo enfermizo se vuelve trunco y desgarrado.

Otras figuras francesas, como Artaud y Michel Leiris, autodestruyendose o denigrandose, en un proceso de purificacion aniquiladora, intentan captar un minimo trozo de verdad real, de verdad material, que automutilandose, despreciando el placer, cortejando la afliccion, adquieren el tinte de una santidad laica. El martirio propio de un desacralizado heroe de nuestros dias, perdido en las antipodas (el santo grial del peyote que Artaud buscara en el Mexico de los tarahumaras, o Leiris en el fondo del Africa) Susan Sontag (1933-2004) la universitaria norteamericana por excelencia, encaminaba sus pasos hacia Francia, buscando fusionar ficcion con reflexion, mientras escribia sus cuentos y novelas en apartamente parisino amoblado con muy pocos libros : queria oir su voz. Por ello, en otro libro suyo : Bajo el signo de Saturno (1982) la luz sombria de la melancolia reflexiva tiñe a varios de sus faros mas emblematicos.

Ese paseante parisino, sobre las huellas de Baudelaire y el surrealismo, que fue Walter Benjamin, invocando tambien el azar para topar con lo maravilloso. O ese hombre feliz, Roland Barthes, catedratico frances en provincia o en las antiguas colonias africanas, que inicia su carrera, como corresponde a su rango, con trabajos sobre Racine y Andre Gide. Y quien, como anota con lucido humor Susan Sontag : " Estaba concienzudamente interesado en lo perverso (sostenia la anticuada opinion de que era liberador)" .

Pero Walter Benjamin, ese lector incomparable y minucioso, se desdoblaria en varios otros,. El judio que a traves de la cabala interpreta los textos sacros - tratese de Goethe como de Marcel Proust - a la sombra de Gerard Sholem, el gran redescubridor de la mistica judia. O el Walter Benjamin, interlocutor de Bertolt Brecht y amante de Asja Lacis, la directora de teatro que lo hara invitar a Moscu, para vivir el marxismo que terminaria por censurar sus trabajos. Sin olvidar la sordida experiencia de compartirla con su marido en la estrechez de la vivienda comunista, tal como lo consigno, dia tras dia, en su diario de Moscu.

Pero el angel del progreso, con el rostro hacia atras, se interna en un futuro donde no quedan mas que ruinas.

La llegada de los nazis a Paris obligan al fetichista de los libros para niños, de los escritos de los locos, o las primeras ediciones desenterradas en los anticuarios de toda Europa, a dejar atras sus tesoros, y como Stefan Zweig con su coleccion de autografos, a verlos dispersarse, y finalmente, tambien, suicidarse. Pero antes de hacerlo, en la frontera Francia- España, Benjamin, tendra que aprender el sigilo y el ocultamiento. El no quedarse en el simple rostro sino en la multiplicidad infinita de las mascaras. Con razon, Benjamin le escribiria a un amigo, con la seriedad de la broma, que "sus escritos tenian 49 niveles de significado" . En una de sus ultimas cartas a Sholem, Benjamin dira la siguiente:

"Creo que la clave de Kafka estaria en manos de quien consiguiera extraer de la teologia hebraica sus aspectos comicos. ¿Ha existido alguna vez un hombre semejante?" . Como anota Susan Sontag : " La ambiguedad desplaza a la autenticidad en todo sentidox . Solo que los horrores de una Europa crepuscular obligarian pronto a la norteamericana a interrogarse por el fascismo y el colonialismo, en su propio pais y en la experiencia de su viaje a Vietnam y, años mas tarde, a su reflexion, desde la fotografia, de lo que implicaban las imagenes de la carcel de Abu-Grahib en Irak enviadas, como diversion macabra, por los soldados norteamericanos a sus camaradas, riendose con las torturas.

Emblemas, anagramas, pasajes esotericos, laberintos, el drama barroco aleman, el guetto judio, el caminante clandestino busca un refugio, al cruzar la frontera y comprende como no podria llevar todo consigo. Hay que despojarse al maximo. Apenas huesos y olvido. Igual le sucederia a Susan Sontag cuando, en un acto de resistencia, monto una obra de Samuel Beckett en las ruinas de Sarajevo.

" La tarea etica del escritor moderno no es ser creador sino destructor: destructor de la introspeccion superficial, de la idea consoladora de lo universalmente humano, de la creatividad del aficionado y de las frases vacias ". (Bajo el signo de Saturno. p. 129)

Nacido en Paris en 1929, George Steiner, judio profesor en Ginebra y Cambridge, podia resumir esa Europa que amaba Susan Sontag : la Europa de los cafes, y de las calles con nombres de escritores y pensadores. Del dialogo y de la reflexion nihilista. De Grecia y Jerusalen. De Heidegger, el nazismo y los campos de concentracion, obsesivamente presentes en todos los textos de Steiner.

Sin embargo, Steiner tambien ha pensado la Norteamerica de Susan Sontag y ha dicho : " La filosofia norteamericana ha sido floja" y el "genio absolutamente norteamericano, la gloria del jazz". El ballet y la arquitectura como ejemplos sobresaliente y, claro esta, la literatura de Hawthorne y Melville, Emerson, Henry James y Faulkner. La razon de ser de Estados Unidos es la custodia. La conservacion del pasado europeo como lo hicieron con x impetu de anticuariox : Eliot, Pound y el poeta Robert Lowell en su libro History. El saldo decreciente hoy en dia seria la literatura judia, la verborrea newyorquina de Bellow, Mailer, Malamud, Roth y Heller. Pero lo que sorprende a Steiner es que ' el apetito voraz por la recompensa material' haya sido reconocoido por la sociedad norteamericana con sinceridad filistea. Banalidad y avaricia son tambien parte esencial del ser humano. Y anota:

" Puede ser que Norteamerica haya sido, simplemente, mas sincera sobre la naturaleza humana que ninguna sociedad anterior. Si esto es asi, los altos lugares y momentos de civilizacion han sido posibles gracias a la huida de esa verdad y a la imposicion desde arriba de ideales y sueños arbitrarios" (Pasion intacta, Ensayos 1978-1995, Madrid, Siruela, 1997, p. 327)

Dos conclusiones de Steiner resultan sobriamente desencantadas: " Ningun grado de democratizacion va a multiplicar el genio creativo" . Y " un gran critico no es mas que un enamorado y clarividente parasito que se alimenta de la vida artistica". Consolemonos, de todos modos, pensando que tambien estos dos incitantes ensayistas nos animas a sentir con hondura y a leer con fruicion, mas sus trabajos criticos que sus obras de ficcion.



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